samedi, janvier 09, 2021

"Relatos Ciegos" y el "Estallido social"

Esta foto es de Hugo Morales, 25 oct 2019, de art en Wikipedia
El viernes 18 de octubre de 2019, como muchos otros viernes, fui a almorzar, temprano, al Cubano, en Lastarria, con Ive, porque es muy rico y está muy cerca del trabajo de él. Comimos su maravillosa lasaña de berenjenas y luego me fui a mi casa, porque irían de la empresa "Fugas" a detectar una fuga de agua... Eso sería a las tres de la tarde y, luego, yo me iría a Viña, al funeral de la hija de una muy querida amiga de mis papás, que era como una especie de prima lejana para mí, de mi edad. Se moría de cáncer y dejaba un hijo de 18 años sin mamá. 

Mi papá se había ido en la mañana y me ofreció llevarme en auto, pero yo no podía por este asunto de la fuga (ya habíamos reagendado un par de veces, inclusive la víspera, el jueves 17 de octubre, en la mañana había colapsado, otra vez, una matriz de Aguas Andinas, lo que inundó varios sectores y generó un taco enorme, ese día en la tarde, además, en la estación San Joaquín del metro, hubo desmanes producidos, aparentemente, por estudiantes de establecimientos cercanos... Yo creo que eso escaló y explotó al día siguiente. El asunto era que yo no quería alargar más el tema y me quedé en Santiago, me iría después de almuerzo en bus). 

Fuente foto Emol (esta foto no sé si era del 18 oct, pero
así se veía en la tele, incendios por todas partes).
Así, el viernes 18 de octubre, yo estaba en mi casa, cerca de las cuatro de la tarde, despidiendo al tipo de la empresa, cuando Ive me llama por teléfono y me dice "cerraron el metro, no hay micros, nos soltaron a todos en la oficina". Él se fue caminando por el lado norte del río hasta su casa a la altura de Pedro de Valdivia, yo vi las noticias sin poder creer lo que veía... Fue impresionante.  Todo estaba en llamas (quemaron 20 estaciones de metro ese día y dañaron varias otras). El taco desde mi ventana era épico. Nadie sabía nada de nada, el transporte público era un enigma enorme. No pude irme a Viña.

LLamé a mi papá y le conté. Él figuraba en un restaurant de Concón, mirando la puesta de sol en el mar y comiendo mariscos... Me dio tanta lata no haberme ido con él. Al día siguiente, con una suerte infinita, una amiga, a la que le había comentado mi situación, me ofreció llevarme al terminal y esperarme a ver cómo me iba... 

Foto del 19 oct 2019. Soldados en la calle. Fuente.

Nos fuimos en su auto bajando por la Alameda, un sábado, cerca de las nueve de la mañana, y era otro Santiago. Todo estaba rayado, roto y lleno de soldados en la calle. Yo nunca había visto algo así. Me dio mucho miedo. 

Logré tomar el bus y, no ´se cómo, logré llegar al cementerio "parque del mar" en Concón, pero ya todo estaba terminando. Tras todo eso, yo iba a volver a Santiago, pero en las noticias, en la radio, decían que había problemas en todas partes, Viña y Concón incluidos. Mi papá y yo decidimos irnos a "atrincherar", como dijo él,  a la playa, a la depa de Santo Domingo.

Nos quedamos allá varias semanas, escuchando noticias. Yo estaba aterrada con lo de los ojos. La gente perdía ojos por el actuar desproporcionado de la policía. Las secciones oculares de la Posta Central y el Hospital Salvador estaban a tope, como nunca antes. 

Yo escuchaba noticias y leía al respecto en twitter como nunca en mi vida. Había marchas todos los viernes en la plaza Baquedano, a la que dejaron convertida en un horrible lugar, la zona cero y todo fue escalando hasta que hubo una tremenda marcha, la más grande de todas, dicen, incluso más que la emblemática última marcha del "NO". 

En algún momento, el presidente, Piñera, anuncia que se creará el pacto para una Nueva Constitución. Tras muchas dificultades de todo tipo y con gente llenando las calles algunos con música, ollas y cucharas, otros destrozando la ciudad y varios colapsando unidades de urgencia, entre otras situaciones, el 15 de noviembre, a casi un mes del estallido, se firma el Pacto para una Nueva Constitución. Pero las manifestaciones no cesaron... 

En algún momento nosotros, en medio de todo eso, volvemos a Santiago y yo escribo un cuento, "La Llamada", que da cuenta un poco de todo lo vivido. Sigo leyendo twitter y mucha gente cuenta muchas historias, algunas que realmente conmueven. Las guardo en la misma plataforma. 

Fuente: el tweet de Marianne
Entonces, un día, veo un twit, de una actriz chilena, de origen alemán y que vive hace varios años en Berlín, Marianne, quien, impactada con todo lo que pasaba en su país natal, hace un llamado a todos quienes le quieran contar sus relatos, pues quiere hacer, lo único que dice está en sus manos hacer, una obra de teatro.  

Me comunico con Marianne por twitter. Tenemos buena onda desde el principio. Nos damos los whatssup (wsp) y emails. Le mando mi cuento (uno de los primeros borradores), también le comparto algunos de los relatos que guardé. Ella revisa todo ese material, y más, y escribe, flash, su obra guión, que titula "Relatos Ciegos". 

Me mostró su escrito y me percato que tomó varias de las cosas que escribí yo y de los relatos que le recomendé. Le hago algunos alcances que ella, en parte, acogió y, tras hacer algunos ensayos de la obra que estrenaba entonces, "La muerte y la doncella", no sé cómo, empieza muy rápidamente con toda la producción (actores, lugar, ensayos, para su obra etc.), todo fluía mágicamente. Pero, en marzo del 2020, llega la pandemia y todos los teatros del mundo se cierran y se instauran las cuarentenas. En Berlín también, obviamente.

Marianne no quería que todo el trabajo se perdiera y, tras evidenciar que la cosa se venía para rato, su compañía, "Primera Línea teatro", decide encontrar un modo de filmar ... Lo encuentran y cada quien se graba en su casa con su propio celular. 

Fuente de la foto, El Mostrador (junio 2020)
Marianne y yo nos mandamos diversos wsp así que yo estaba al tanto de su trabajo.
Ella, tan decente, pidió permiso explícito para señalar el nombre en el corto a todos quienes, de alguna manera, le ayudaron en este proyecto. Entre ellos me preguntó a mí. Le dije que por supuesto que sí, pero, la verdad, yo sentía que la que debía agradecer era yo... se lo compartí. Fue bonito eso.

Fotograma del video de Wendy donde cuenta 
sobre el back stage y edición del film.
  Ver video aquí

La obra de teatro, así, se transforma en un cortometraje (editada por la actriz e influencer, y miembro de la compañía de Marianne, Wendy Bermejo) y, una vez terminado, comienzan a buscar lugares de exhibición. Lo encuentran, primero, en mayo de 2020, un festival de Berlín online, donde obtiene tanta aceptación del público, que en vez de un solo día de exhibición se extiende. 

Y, así, Marianne muestra su película en ese y otros festivales, y es entrevistada por distintos medios (El Mostrador, Somos Berlín, Revista Desbandada, etc.). 

Para este proyecto ella recibió la generosa ayuda de muchas personas, incluso de algunos artistas importantes, y entre ellas también mía. Estoy muy feliz de haber podido participar, indirectamente, de este filme.

Minuto 22:49 del cortometraje "Relatos Ciegos".


El corto está completo en fb, dura cerca de 20 minutos y, si quieres, lo puedes ver aquí.

El álbum de fotos


Yo en Capilano Bridge. Primer viaje a Vancouver, 2013.
T
odo lo de del libro de los Chulillos (últimos dos post) me lleva a contarles que, una vez, le dije a mi hermana, en Canadá, con la cámara en la mano (creo que no era el celu) algo como “ponte ahí para sacarte una foto” y ella me preguntó ¿ok pero, cuándo yo las voy a ver?...

Ahí me di cuenta que eso pasa, que las fotos se transforman en una sola imagen, que con suerte se manda por wsp en ese momento o se olvida, que no se les da contexto.  

O sea, se las deja sin más valor que para ese minuto y luego se borra. Despojándolas del potencial de hacerse un recuerdo, como el que disfruté al ver el libro de los Chulis.

Menos mal que mi hermana siempre supo eso y ella, hace poquito, por video navideño, me mostró un álbum de fotos que mandó a hacer. En él estaban las imágenes de los paseos y viajes que hicimos todos las veces que la fuimos a ver a Canadá (varias). ¡Y hay imágenes con todos mis sobrinos entre guaguas y casi guaguas!. Una exquisitez.

Me refiero a sus hijos y los hijos de mi hermana chica, que vive en Berlín. Así recordé las visitas al Waterfront, al acuario, al Capilano Bridge-, entre otros varios lugares de Vancouver, así como a lagos y parques cercanos. 

Tenemos fotos con el papá, las tres hermanas, los maridos, los cuatro primos. Ver otra vez esas imágenes fue como un festival de Felicidad para mí.

Ahora, en cada uno de esos viajes mi hermana canadiense (literal, ahora tiene doble nacionalidad, triple en verdad, porque somos españolas también) se encargó de llevar la máquina súper wuaaaa y no sólo el celu. 

Y luego de imprimir las fotos, seleccionarlas y armar álbums y, además, regalarnos un ejemplar impreso a todos. Está en la playa y cuando voy a veces lo veo. Ver esas fotos, así, sentadita, enfocada en ese momento, con calma, pasando las páginas, sin apuro y sin pantalla, me hace TAN bien. 

Y ahora, para este fin de 2020, mi hermana canadiense revisó, duplicó y editó algunas de esas imágenes y así amplió los álbums… 

Me los mostró hace unos días por videowsp y yo le decía “o que linda esa foto; ¡ahí estoy yo!; eso fue cuando…;mira qué chiquititos los niños; que delicia como ellos salen aquí” y así un buen rato. Me puse feliz con todos esos recuerdos.

Yo saco fotos con el celu y las amontono hasta que con suerte las traspaso al compu, si es que no las borro para hacer espacio. Saco fotos de un plato que se ve apetitoso, de un cartel con info que quiero usar y, a veces, de momentos para conservar, pero donde casi nunca  hago el mínimo trabajo posterior, que tampoco es tanto. Como, por ejemplo, al menos agruparlas en un álbum digital. 

Así se me van amontonando y luego ya no son valiosas, sino al revés, son cosas que entorpecen el funcionamiento del celu… ¿Por qué perdieron su valor? Porque no se lo di ¿y qué funcionamiento obstaculizan?... Sacar más y más fotos, a las que seguiré sin dar el debido tratamiento. Para dejarle espacio a memes o chistes que me llegan por wsp... 

Escribo y leo esto y me da hasta un poco vergüenza esta conducta. Procuraré cambiarla durante este año que se asoma. Porque estos días, gracias al libro de los Chulillos y al álbum de fotos que hizo mi hermana, resignifiqué la foto en la era digital.

Ya no me parece que sea algo que simplemente se hace porque se puede, sino que es un regalo de la tecnología que se debe honrar par que tenga valor. Y eso, como todo lo que importa, implica cierto trabajo. 

Una de mis misiones este año será darles valor a las fotos que lo merecen, o sea, principalmente las que muestran juntas con gente que uno quiere, e inmediatamente ponerla en un álbum, aunque sea digital, pero con fecha y contexto. 

Hacer eso oportunamente tomará sólo un momento pero, luego, puede ser la semilla de un libro y un buen recuerdo, como el libro de los Chulillos. 

Y lo digo en términos literales, porque recordar, o sea, volver a pasar por el corazón ese momento calientito es, sinceramente, LO mejor. Y no me quiero perder la oportunidad. Les dejo la sugerencia a ustedes también. Un abrazo a todos.



mercredi, janvier 06, 2021

Volver a pasar por el corazón

Varios de los primos, con los Chulis.
en la puerta de la casa de Algarrobo
En algún momento incierto de los 80
(la foto de la foto del libro impreso, of course ;)).
¡Feliz 2021 para todos! Tuve suerte y justo para estas fechas me llegó de regalo ¡el libro impreso! Ese del que les conté en el post previo. ¡Quedó precioso! 
Están las fotos de muchos acontecimientos en los que no había nacido, como el matrimonio de los Chulillos o de mis papás o, aunque ya estaba en la tierra, no figuro porque era muy chica o por motivos varios,  y así, con este libro, pude ver algo de eso y ¡me encantó!

Por supuesto, también, hay imágenes de situaciones en las que sí participé, como paseos y celebraciones variopintas, cuando todos los primos estábamos chicos… 

¡Éramos un montón de niños! ¿como 10, 12? Por ahí. Yo soy la mayor y mi prima menor debe tener ocho o nueve años menos que yo. O sea, una prole gigante de entre cero y nueve años. Uff. Valor. 

Los primos, no todos, como en los 80. 
 ¿Semana Santa quizá? digo por lo abrigados
(La foto es de la foto del libro impreso ;)).
Y así se resucitaron todas esas fotos, de quien sabe cuando, de todos juntos, con nuestras jardineras, vestiditos y atuendos vacacionales. 

Y en aquél entonces, finales de los 70 y en los 80 en pleno, a nadie se le ocurría fotografiar la comida, si fuera hoy, debería haber un libro sólo para eso en esta familia, porque ¡qué manera de comer! 

También hay un sinnúmero de fotos en la casa de Algarrobo, incluyendo algunas en blanco y negro y, así, vi cómo era ese balneario hace más de 40 años. BELLO.

Algarrobo quien sabe cuándo (adivinar por autos). 
Se ve el sitio donde se construyó la casa familiar
frente a la plazuela de taxis de la playa Las Cadenas.
Y también la casa en lo alto era de tíos
y además una que no se ve aquí, o sea, ¡más primos!
Todo esto estaba disperso por aquí y por allá, hasta que mi primo dijo “es hora de hacer un libro de familia” y se encargó de recolectarlo, ordenarlo y demás y ¡Voilá! 

Encuentro increíble como la convocatoria a la unión de registros desperdigados, al armarlos y contarlos, y con el tiempo y la gestión adecuada, pasan de ser sólo una foto vieja por ahí, o algo en la memoria de alguien, a convertirse en un invaluable recuerdo. Literalmente digo, porque recordar, como saben, significa, volver a pasar por el corazón. Y cuando eso pasa, el alma queda calientita al recorrer la historia propia, hermosamente materializada. 

Sé que hay empresas que se encargan de hacer estas cosas, de hecho, creo que mi primo se coordinó con una de ellas y, así, quedó una versión digital y un libro precioso de tapa dura y fotos impresas con colores brillantes. Y, como todo, el resultado final tiene que ver con la semilla y el proceso de buen cultivo y cuidado. La semilla aquí es una familia y el resto es que se reúne con frecuencia, para puro estar junta, porque sí, y, obvio, ¡que deja registro!

Proveerse los registros diseminados por todos lados no es una tarea trivial pero, al menos, en ese entonces, las fotos se revelaban y se organizaban en álbums. Así que me imagino que las fotos más antiguas fueron relativamente fáciles de ubicar.  Hoy, en cambio, hay tantas miles de foto de todo, que yo no sabría por donde empezar a buscar. 

Creo que ya es hora de tomar medidas para prevenir eso y así poder generar, desde la memoria, la felicidad que da el volver a pasar por el corazón.


Día de la Hispanidad en el Estadio Español 2023

Foto del stand andaluz, 2023 (foto mía, ver álbum ) Desde que me acuerdo, el 12 de octubre, feriado, para mí era sinónimo de ir al Estadio E...