Creo que la Rocío tenía 10 años cuando llegó el Nino a la casa. Creo que le puso Nino por Nino Bravo, o el papá le dijo que le pusiera así por ese cantante. No recuerdo bien. El Nino era cachorrito, hijo de la perrita de algún conocido que olvidé… Fue el primer amor de la Rocío.
La Goci primero llevaba al Nino de vez en cuando a la pelu de cerca de la casa, la clínica ahí de Vitacura con Jerónimo de Alderete. Lo llevaba caminando. Era muy divertido: ella chica y su cachorro yendo a la pelu…
Después fue un tiempo a una vet que estaba en el shopping, pero con el tiempo y preguntando y viendo, mi hermana aprendió a bañar, desempulgar, verle los dientes y las uñas al Nino.
La Goci primero llevaba al Nino de vez en cuando a la pelu de cerca de la casa, la clínica ahí de Vitacura con Jerónimo de Alderete. Lo llevaba caminando. Era muy divertido: ella chica y su cachorro yendo a la pelu…
Después fue un tiempo a una vet que estaba en el shopping, pero con el tiempo y preguntando y viendo, mi hermana aprendió a bañar, desempulgar, verle los dientes y las uñas al Nino.
El año 1993 le tocó viaje a Europa con su curso a la Rocío, allá la alcanzó el papá, y ella con 16 años, lo único que quería era volver y ver al Nino.
Llegó cuarto medio y la Rocío pensó en odontología …por la cosa de los dientes (porque es fijada en eso), pero al estudiar, eso era muy poco, había que abarcar todo el cuerpo… y medicina llevaba la batuta. La profesora de bio del preu Induxa fue clave en eso tb, ella era tan… la Rocío ponía cara de sin igual, y por tanto la biología era el norte.
La PAA y los resultados y las postulaciones y ¿no será veterinaria lo tuyo Rocío?, le dijo el papá… La Rocío parece que sí sabía, pero no estaba segura y entró a bachillerato a la Univ de Chile (donde hizo muchos amigos). Ya el primer semestre sabía que vet era lo de ella. Y tomó miles de cursos. Y así fue que entró a vet y el Nino había pasado de la casa de Vitacura, a las 2 casas de la Reina, hasta que llegó a instalarse con su mamá univ en vet al Arrayán.
El Nino era canchero, amoroso, simpático y topísimo (y amado y re amado por todos). Era chico (maltés) pero era el más capo de todos los perros, cuando había “pelea” en la comunidad de La Reina, él si bien era quitado de bulla, igual ganaba si quería. Lo mismo en El Arrayán.
Llegó cuarto medio y la Rocío pensó en odontología …por la cosa de los dientes (porque es fijada en eso), pero al estudiar, eso era muy poco, había que abarcar todo el cuerpo… y medicina llevaba la batuta. La profesora de bio del preu Induxa fue clave en eso tb, ella era tan… la Rocío ponía cara de sin igual, y por tanto la biología era el norte.
La PAA y los resultados y las postulaciones y ¿no será veterinaria lo tuyo Rocío?, le dijo el papá… La Rocío parece que sí sabía, pero no estaba segura y entró a bachillerato a la Univ de Chile (donde hizo muchos amigos). Ya el primer semestre sabía que vet era lo de ella. Y tomó miles de cursos. Y así fue que entró a vet y el Nino había pasado de la casa de Vitacura, a las 2 casas de la Reina, hasta que llegó a instalarse con su mamá univ en vet al Arrayán.
El Nino era canchero, amoroso, simpático y topísimo (y amado y re amado por todos). Era chico (maltés) pero era el más capo de todos los perros, cuando había “pelea” en la comunidad de La Reina, él si bien era quitado de bulla, igual ganaba si quería. Lo mismo en El Arrayán.
La Goci una vez, hablando del amor, me dijo, “Katinita, el amor de los animales es increíble… porqué quieres y te quiere un animal, es tan mágico”. Y lo es. El Nino era la guagua de la Rocío, aunque él ya tenía más de 8 años.
El papá ahora en la casa grande del Arrayán quería tb perros grandes para el patio. Y un vecino amigo corrió la voz que su perrita había tenido cachorros… La idea era traerse uno. Al ver a la camada, eran todos negritos lindos, pero un par eran amarillos y nos enamoramos. Eran gemelos según nosotros y no los podíamos separar, así que trajimos a los 2, la Kiara y el Tomy.
La Kiara salió patiperra heavy. Era la líder de los perros del cerro… ella no comía pelette, salía a cazar conejos. Era entera salvaje. Un día no viene… resultó que estaba preñada pero tuvo sus perritos al lado (en el cerro). No nos pescaba ni para eso. No comía su comida ni se tomaba el agua que le dejábamos. No sé qué pasó con la Kiara, pero no volvió más.
Un día, casi de repente, creo que fue el 98, el Nino que sabía abrir las puertas y que ladraba cuando era importante solamente… el Nino de siempre, se apagó. A penas caminaba… La Rocío estaba mal, había que salvar al Nino. Y estudió Muuucho muuuucho, lo llevó a la Universidad, revisó las radiografías y era cáncer. Entonces se las ingenió para un diagnóstico exhaustivo con la doctora más experta en el tipo de cáncer del Nino. Lo operarían, la Rocío asistió. Puede ser, hay que ver, había esperanzas… tras 3 operaciones, el Nino no resistió y murió.
Creo que nunca he visto a mi hermana más triste. Recuerdo que una amiga de ella le dijo “Pero está en un lugar mejor” y la Goci le dijo: “No sé. No sé donde está. Este cuerpo no es mi perro, no sé donde está mi perro, no sé donde está y no sé si está mejor”. Siento que ella quería decir que no, que el mejor lugar del mundo para el Nino era con ella, con su mamá. Sea donde sea que estuviese, no podía estar mejor.
Creo que ha sido la muerte más terrible para la Goci, y la que, yo creo, la hizo tener un vínculo de naturalidad con ella. O sea, después de eso, ninguna muerte será más terrible… y ha habido otras, y han dolido, pero como esa, nunca.
Enterramos al Nino en la casa del Arrayán y la Rocío se acordó del mito de Apolo y Dafne, y decidimos poner un Laurel… el símbolo del amor eterno. Yo no estuve en ese rito. (Un tipo quedó de darme, una vez más, unas fotos de las que dependía mi egreso de la Universidad. Quise correr la cita, pero no existían celulares ni mail entonces. Fui a la cita, día y lugar y hora, él tipo no llegó. Nunca lo perdonaré).
La casa se quedó sin Nino. El Nino vivía adentro de la casa (pero salía a hacer sus cosas afuera, aprendió de guagua). Sólo el Tomy estaba afuera… y de vez en cuando la Kiara.
Un día del año 99 creo, la Fran, la amiga de la Goci del colegio, anuncia que su mamá, con quien ella vivía, se mudaría a España y que ella y su hermana se irían a vivir a la casa de su papá… una casa donde ya había perro y que había que dejarle a la Anaí a alguien. La Anaí es una poudlle media hippy (por el tipo de rulos), blanquita y lady… le pide a la Rocío, y así llega la Anaí reemplazar un poco al Nino, porque la Anaí es de adentro. Y aquí se quedó.
La Anaí parece oveja, salta las medias alturas. Ladra cuando la Goci le dice “Anaí di wow, di wow Anaí, y la Anaí dice wow wow!!!... (medio agudo sí). La Anaí se encaprichó con un cepillo del año 1 que es su guagua… de repente uno acostado, y la otra molestaba hasta que uno tenía que levantarse, correr la cama y sacar el cepillo que se había caído… su monito verde no es tan especial como el cepillo. También le gustan las pelotas y quiere jugar todo el rato. Y yo no, porque estoy cansada o apurada (más eso usualmente, porque se le ocurre jugar a las 3 am, o a las 9 am). Cuando se porta mal, onda no viene si la llamo o ladra mucho yo le digo Anastassia.
Así estábamos, la Anaí y el Tomy. El Tomy se hizo grande y parecía un león, delicioso el Tomasito, (así le decíamos cuando estaba así todo dócil, o Tomás, si andaba pesado), pero se llama Tomy.
La Rocío está ya en cuarto creo de vet y tiene una pega de asistente en un a clínica, en los dominicos, la del Lindorfo. Y un día caluroso el Tomy empieza a decaer. La Rocío lo examina ¿cáncer?... sí, al hígado, el más complejo de todos. La Rocío lo lleva a la clínica… el tratamiento es carísimo. La Goci quiere salvar al Tomý y busca en la web hasta poder fabricar las mismas drogas en las mismas dosis, a menos de la mitad del precio pero con la misma eficacia. (Claro, ella sabe cómo). El Tomy se aliviana, se estabiliza, pero no mejora. Operación creo, también. Y la doctora experta y la clínica de la Universidad de Chile. 3 de enero de 2003, vísperas de mis 30 años, en la clínica, la Rocío decide sacrificar al Tomý, mi papá los trae a ambos en el auto. A mi perro muerto, a mi hermana triste.
El 4 de enero de 2003 yo cumplía 30 años, un maestro debía instalar un toldo nuevo para un almuerzo… Era un día caluroso y lindo para celebrar… Pero todo comenzó con una pala para cavar la tumba del Tomy, cerca del Nino. Yo miraba eso desde la ventana. Todo fue muy duro.
Al poco tiempo el papá empezó a molestar a la Rocío que quería un perro grande, uno que reemplazara al Tomy en el fondo. La Rocío quedó de traerlo de la escuela, donde siempre llegaban perros a vagar. Pero el tiempo pasaba y nada, hasta que apreció él… un cachorrito café con los ojos más bellos del mundo. Obvio, se quedaría. ¿Nombre?... varias ideas y quedó Antón (La Goci dice que es por Antonia, como ella se llama Rocío Antonia… el papá y yo decimos que no, es por la historia de Antón el borracho, que es divertida… y bueno, para ponerse literato podríamos decir que es por Chejov, pero no es cierto).
El Antón es delicioso, patiperro como él solo, ama la libertad (cada vez que cercamos por los vecinos, él encuentra un modo de zafarse e irse al cerro). Y a diferencia de la Kiara, si bien siempre se va al cerro y a veces se queda un par de días fuera, siempre vuelve, él sabe que esta es su casa.
Una vez una persona me llevó a de’o y el Antón se subió de un salto (salta heavy) a una camioneta, me bajé en la plaza San Enrique y ahí se bajó el Antón, casi se subió a la micro conmigo tb… pero no alcanzó (le expliqué al chofer, y él si bien entretenido con este perro, igual cerró las puertas) y me fui. Cuando llegué de vuelta en la noche, el Antón había llegado solo a la casa hacía rato (tan inteligente mi Antón).
Un día la Rocío se asocia con fulanito y él le pide que le cuide a una golden, la Luna. Así llega la Luna al Arrayán. Bella la Luna, y nosotros felices, amiga para el Antón. Pero no se pescan, y la Luna que vivía en una casa toda chica con su deuño, llega a este medio espacio y se escapa (parece que con el Antón). Letreros por todo el Arrayán buscando a la golden. La Goci se va al cerro a buscarlos…
Alguien llama por el cartel, que encontraron a una perrita que parece que es la Luna. El papá va con la camioneta y el Antón a ver si es la Luna…no es, pero el Antón se hace amigo de una de la perrita, el papá miente y le dice al niño que sí encontró a la perrita perdida, que sí es la del cartel, el niño se pone contento y así viene la perrita que no es la Luna a acompañar al Antón. El papá la bautiza como Novia (porque es la Novia del Antón).
Era un tema, a veces eran inseparables y otras se odiaban. Teníamos que darles comida por separado pero al mismo tiempo. Al Antón adentro, al lado de la chimenea. A La Novia afuera. Si les dábamos a los dos afuera, la Novia no dejaba comer al Antón. Y eso que el Antón es fuerte, pero es caballero y no se agarraba con ella. Igual eran parecidos, los pelajes café claro y brillosos. La Novia se acercaba a uno, se subía en brazos, y el Antón la seguía, o viceversa. Así que al final uno les gritaba a los dos porque los medios perros y los dos arriba de uno. Mal. Igual, la Novia casi nunca se iba al cerro, para allá se iba el Antón solo.
No recuerdo que pasó con la Luna, pero los 3: La Novia, el Antón y la Anaí estuvieron con nosotros varios años…
Sí, estuvieron. A principios de este año, 2006, cuando yo estaba trabajando en Curicó, la Novia se enfermó de un cáncer fulminante. Si bien la Novia era joven y sana, su mamá vet no la pudo salvar. Me enteré que murió por teléfono. No estuve para el funeral. Supe desde lejos, y fue enterrada en el Arrayán, junto a los otros perros, que ella no conoció.
Y…. este miércoles llegué de Viña, fui a la primera reunión de pauta de la revista y luego a la expo de la Chascona (hermoso) y debía venir al Arrayán con el papá porque quedé de ayudarle a preparar la presentación del “Señor de las máscaras” para su club del cine. Vamos en la camioneta y me cuenta que no durmió nada anoche (martes noche). Eso, porque la Anaí, que siempre duerme con él o conmigo (pero yo estaba en Viña), de repente de la nada, de madrugada, empieza con tiritones y a tener convulsiones, y a moverse como loca y salta abajo de la cama y se empieza a dar vueltas, el papá trata de controlarla, pero no puede y la Anaí de repente empieza a correr y atraviesa la ventana del segundo piso, que el papá siempre tiene abierta, y se cae.
El papá va raudo al living, abre la puerta que da al patio y ve en la terraza bajo la ventana, la Anaí no está. Hace un frío atroz… y la Anaí sigue subiendo y bajando escaleras hacia la piscina, empinadas y largas, como loca. Se calma, el papá la lleva a su cama (la Anaí con la lluvia estaba entera embarrada, pero al papá no le importó y la metió en su cama para que se abrigara). Al rato, el mismo show.
Me cuenta eso cuando llegamos el miércoles cerca de las 11 pm a la casa y subo a dejar mis cosas a mi pieza y la Anaí… mi Anaí que parece oveja, que se cayó de un segundo piso y siguió subiendo las escaleras del cerro… no se puede parar. No camina y no se para. Llamamos a la Angélica, la Nana, la Anaí estaba bien durante el día. La Rocío ya no vive en la casa, la llamamos.
La Goci dice que seguro anoche tuvo un ataque de epilepsia (primera vez en la vida de la Anaí) y que si no camina hay que llevarla a la clínica, una cerca que atiende todo el rato y que ella conoce, y sacarle radiografías. Averiguamos el fono y los precios y demás, abrigo a la Anaí (frío y lluvia) y la llevamos.
Se porta bien la Anaí, está calmadita y no alega. Es primera vez desde que vive en la casa, como 8 años, que va a un vet (siempre la revisa la Goci) porque ella, a pesar de ser viejita (15 años tiene aprox.), es entera sana. Parece oveja saltarina… la camilla está helada y la Anaí tirita mientras el doc la examina. El papá le hace cariñito en la cabeza, para que se sienta más acompañada.
Compromiso neuronal dice el médico (aunque tiene sensibilidad profunda)… posibilidad de parálisis entiendo yo. ¿La Anaí paralítica?... no puede ser… radiografías. Tiene fracturada la cadera y un disco de la columna le apretó la médula y la inflamación impide que mueva el tren posterior, el doc dice que eso fue producto de la caída… pero hay esperanzas con reposo súper riguroso, dice el doc (U Mayor). Se quedará en la clínica. La Rocío está al fono todo el rato, el doc le informa, la Goci irá al día siguiente.
Nos vamos cerca de la 1 am. Al papá no le gustó el doc, no confía. Dice que la Goci examina mil veces mejor (él la vio examinar a la Novia y a otros perros, yo no). Yo creo que va a estar todo bien. El papá dice que él opera (paga) a la Anaí si la Goci dice que hay que hacerlo y lo confirma con el Dr. Arancibia (el doctor profe partner de la Goci en la Univ, la Univ de Chile…. Mi hmna es tan chora y tan top que tiene el cel del decano de la fac en su cel, y éste la ubica y la conoce y la recomienda.).
Es primera vez desde que la Anaí vive aquí, que no duerme aquí. La Goci llama para decirnos gracias por todo, yo rezo para que la Anaí se mejore, las 48 hrs son críticas, dice el médico. Pero duermo bien, yo en verdad creo que se va a descontracturar.
Jueves 10 am. La Anaí sigue en la clínica, la Doctora (dueña) aún no llega ni la Goci. Yo bajo a la city con el papá a hacer cosas y a trabajar al café y la Conny, mi editora y colega de café, me ayuda con un libro para mis primeras clases de Estética en la Uniacc, el viernes. La Conny me dice que tenemos una invitación a un desfile de modas al Sheraton, le digo que vayamos, que sirve para hacer RRPP para la revista. Vamos.
El papá ahora en la casa grande del Arrayán quería tb perros grandes para el patio. Y un vecino amigo corrió la voz que su perrita había tenido cachorros… La idea era traerse uno. Al ver a la camada, eran todos negritos lindos, pero un par eran amarillos y nos enamoramos. Eran gemelos según nosotros y no los podíamos separar, así que trajimos a los 2, la Kiara y el Tomy.
La Kiara salió patiperra heavy. Era la líder de los perros del cerro… ella no comía pelette, salía a cazar conejos. Era entera salvaje. Un día no viene… resultó que estaba preñada pero tuvo sus perritos al lado (en el cerro). No nos pescaba ni para eso. No comía su comida ni se tomaba el agua que le dejábamos. No sé qué pasó con la Kiara, pero no volvió más.
Un día, casi de repente, creo que fue el 98, el Nino que sabía abrir las puertas y que ladraba cuando era importante solamente… el Nino de siempre, se apagó. A penas caminaba… La Rocío estaba mal, había que salvar al Nino. Y estudió Muuucho muuuucho, lo llevó a la Universidad, revisó las radiografías y era cáncer. Entonces se las ingenió para un diagnóstico exhaustivo con la doctora más experta en el tipo de cáncer del Nino. Lo operarían, la Rocío asistió. Puede ser, hay que ver, había esperanzas… tras 3 operaciones, el Nino no resistió y murió.
Creo que nunca he visto a mi hermana más triste. Recuerdo que una amiga de ella le dijo “Pero está en un lugar mejor” y la Goci le dijo: “No sé. No sé donde está. Este cuerpo no es mi perro, no sé donde está mi perro, no sé donde está y no sé si está mejor”. Siento que ella quería decir que no, que el mejor lugar del mundo para el Nino era con ella, con su mamá. Sea donde sea que estuviese, no podía estar mejor.
Creo que ha sido la muerte más terrible para la Goci, y la que, yo creo, la hizo tener un vínculo de naturalidad con ella. O sea, después de eso, ninguna muerte será más terrible… y ha habido otras, y han dolido, pero como esa, nunca.
Enterramos al Nino en la casa del Arrayán y la Rocío se acordó del mito de Apolo y Dafne, y decidimos poner un Laurel… el símbolo del amor eterno. Yo no estuve en ese rito. (Un tipo quedó de darme, una vez más, unas fotos de las que dependía mi egreso de la Universidad. Quise correr la cita, pero no existían celulares ni mail entonces. Fui a la cita, día y lugar y hora, él tipo no llegó. Nunca lo perdonaré).
La casa se quedó sin Nino. El Nino vivía adentro de la casa (pero salía a hacer sus cosas afuera, aprendió de guagua). Sólo el Tomy estaba afuera… y de vez en cuando la Kiara.
Un día del año 99 creo, la Fran, la amiga de la Goci del colegio, anuncia que su mamá, con quien ella vivía, se mudaría a España y que ella y su hermana se irían a vivir a la casa de su papá… una casa donde ya había perro y que había que dejarle a la Anaí a alguien. La Anaí es una poudlle media hippy (por el tipo de rulos), blanquita y lady… le pide a la Rocío, y así llega la Anaí reemplazar un poco al Nino, porque la Anaí es de adentro. Y aquí se quedó.
La Anaí parece oveja, salta las medias alturas. Ladra cuando la Goci le dice “Anaí di wow, di wow Anaí, y la Anaí dice wow wow!!!... (medio agudo sí). La Anaí se encaprichó con un cepillo del año 1 que es su guagua… de repente uno acostado, y la otra molestaba hasta que uno tenía que levantarse, correr la cama y sacar el cepillo que se había caído… su monito verde no es tan especial como el cepillo. También le gustan las pelotas y quiere jugar todo el rato. Y yo no, porque estoy cansada o apurada (más eso usualmente, porque se le ocurre jugar a las 3 am, o a las 9 am). Cuando se porta mal, onda no viene si la llamo o ladra mucho yo le digo Anastassia.
Así estábamos, la Anaí y el Tomy. El Tomy se hizo grande y parecía un león, delicioso el Tomasito, (así le decíamos cuando estaba así todo dócil, o Tomás, si andaba pesado), pero se llama Tomy.
La Rocío está ya en cuarto creo de vet y tiene una pega de asistente en un a clínica, en los dominicos, la del Lindorfo. Y un día caluroso el Tomy empieza a decaer. La Rocío lo examina ¿cáncer?... sí, al hígado, el más complejo de todos. La Rocío lo lleva a la clínica… el tratamiento es carísimo. La Goci quiere salvar al Tomý y busca en la web hasta poder fabricar las mismas drogas en las mismas dosis, a menos de la mitad del precio pero con la misma eficacia. (Claro, ella sabe cómo). El Tomy se aliviana, se estabiliza, pero no mejora. Operación creo, también. Y la doctora experta y la clínica de la Universidad de Chile. 3 de enero de 2003, vísperas de mis 30 años, en la clínica, la Rocío decide sacrificar al Tomý, mi papá los trae a ambos en el auto. A mi perro muerto, a mi hermana triste.
El 4 de enero de 2003 yo cumplía 30 años, un maestro debía instalar un toldo nuevo para un almuerzo… Era un día caluroso y lindo para celebrar… Pero todo comenzó con una pala para cavar la tumba del Tomy, cerca del Nino. Yo miraba eso desde la ventana. Todo fue muy duro.
Al poco tiempo el papá empezó a molestar a la Rocío que quería un perro grande, uno que reemplazara al Tomy en el fondo. La Rocío quedó de traerlo de la escuela, donde siempre llegaban perros a vagar. Pero el tiempo pasaba y nada, hasta que apreció él… un cachorrito café con los ojos más bellos del mundo. Obvio, se quedaría. ¿Nombre?... varias ideas y quedó Antón (La Goci dice que es por Antonia, como ella se llama Rocío Antonia… el papá y yo decimos que no, es por la historia de Antón el borracho, que es divertida… y bueno, para ponerse literato podríamos decir que es por Chejov, pero no es cierto).
El Antón es delicioso, patiperro como él solo, ama la libertad (cada vez que cercamos por los vecinos, él encuentra un modo de zafarse e irse al cerro). Y a diferencia de la Kiara, si bien siempre se va al cerro y a veces se queda un par de días fuera, siempre vuelve, él sabe que esta es su casa.
Una vez una persona me llevó a de’o y el Antón se subió de un salto (salta heavy) a una camioneta, me bajé en la plaza San Enrique y ahí se bajó el Antón, casi se subió a la micro conmigo tb… pero no alcanzó (le expliqué al chofer, y él si bien entretenido con este perro, igual cerró las puertas) y me fui. Cuando llegué de vuelta en la noche, el Antón había llegado solo a la casa hacía rato (tan inteligente mi Antón).
Un día la Rocío se asocia con fulanito y él le pide que le cuide a una golden, la Luna. Así llega la Luna al Arrayán. Bella la Luna, y nosotros felices, amiga para el Antón. Pero no se pescan, y la Luna que vivía en una casa toda chica con su deuño, llega a este medio espacio y se escapa (parece que con el Antón). Letreros por todo el Arrayán buscando a la golden. La Goci se va al cerro a buscarlos…
Alguien llama por el cartel, que encontraron a una perrita que parece que es la Luna. El papá va con la camioneta y el Antón a ver si es la Luna…no es, pero el Antón se hace amigo de una de la perrita, el papá miente y le dice al niño que sí encontró a la perrita perdida, que sí es la del cartel, el niño se pone contento y así viene la perrita que no es la Luna a acompañar al Antón. El papá la bautiza como Novia (porque es la Novia del Antón).
Era un tema, a veces eran inseparables y otras se odiaban. Teníamos que darles comida por separado pero al mismo tiempo. Al Antón adentro, al lado de la chimenea. A La Novia afuera. Si les dábamos a los dos afuera, la Novia no dejaba comer al Antón. Y eso que el Antón es fuerte, pero es caballero y no se agarraba con ella. Igual eran parecidos, los pelajes café claro y brillosos. La Novia se acercaba a uno, se subía en brazos, y el Antón la seguía, o viceversa. Así que al final uno les gritaba a los dos porque los medios perros y los dos arriba de uno. Mal. Igual, la Novia casi nunca se iba al cerro, para allá se iba el Antón solo.
No recuerdo que pasó con la Luna, pero los 3: La Novia, el Antón y la Anaí estuvieron con nosotros varios años…
Sí, estuvieron. A principios de este año, 2006, cuando yo estaba trabajando en Curicó, la Novia se enfermó de un cáncer fulminante. Si bien la Novia era joven y sana, su mamá vet no la pudo salvar. Me enteré que murió por teléfono. No estuve para el funeral. Supe desde lejos, y fue enterrada en el Arrayán, junto a los otros perros, que ella no conoció.
Y…. este miércoles llegué de Viña, fui a la primera reunión de pauta de la revista y luego a la expo de la Chascona (hermoso) y debía venir al Arrayán con el papá porque quedé de ayudarle a preparar la presentación del “Señor de las máscaras” para su club del cine. Vamos en la camioneta y me cuenta que no durmió nada anoche (martes noche). Eso, porque la Anaí, que siempre duerme con él o conmigo (pero yo estaba en Viña), de repente de la nada, de madrugada, empieza con tiritones y a tener convulsiones, y a moverse como loca y salta abajo de la cama y se empieza a dar vueltas, el papá trata de controlarla, pero no puede y la Anaí de repente empieza a correr y atraviesa la ventana del segundo piso, que el papá siempre tiene abierta, y se cae.
El papá va raudo al living, abre la puerta que da al patio y ve en la terraza bajo la ventana, la Anaí no está. Hace un frío atroz… y la Anaí sigue subiendo y bajando escaleras hacia la piscina, empinadas y largas, como loca. Se calma, el papá la lleva a su cama (la Anaí con la lluvia estaba entera embarrada, pero al papá no le importó y la metió en su cama para que se abrigara). Al rato, el mismo show.
Me cuenta eso cuando llegamos el miércoles cerca de las 11 pm a la casa y subo a dejar mis cosas a mi pieza y la Anaí… mi Anaí que parece oveja, que se cayó de un segundo piso y siguió subiendo las escaleras del cerro… no se puede parar. No camina y no se para. Llamamos a la Angélica, la Nana, la Anaí estaba bien durante el día. La Rocío ya no vive en la casa, la llamamos.
La Goci dice que seguro anoche tuvo un ataque de epilepsia (primera vez en la vida de la Anaí) y que si no camina hay que llevarla a la clínica, una cerca que atiende todo el rato y que ella conoce, y sacarle radiografías. Averiguamos el fono y los precios y demás, abrigo a la Anaí (frío y lluvia) y la llevamos.
Se porta bien la Anaí, está calmadita y no alega. Es primera vez desde que vive en la casa, como 8 años, que va a un vet (siempre la revisa la Goci) porque ella, a pesar de ser viejita (15 años tiene aprox.), es entera sana. Parece oveja saltarina… la camilla está helada y la Anaí tirita mientras el doc la examina. El papá le hace cariñito en la cabeza, para que se sienta más acompañada.
Compromiso neuronal dice el médico (aunque tiene sensibilidad profunda)… posibilidad de parálisis entiendo yo. ¿La Anaí paralítica?... no puede ser… radiografías. Tiene fracturada la cadera y un disco de la columna le apretó la médula y la inflamación impide que mueva el tren posterior, el doc dice que eso fue producto de la caída… pero hay esperanzas con reposo súper riguroso, dice el doc (U Mayor). Se quedará en la clínica. La Rocío está al fono todo el rato, el doc le informa, la Goci irá al día siguiente.
Nos vamos cerca de la 1 am. Al papá no le gustó el doc, no confía. Dice que la Goci examina mil veces mejor (él la vio examinar a la Novia y a otros perros, yo no). Yo creo que va a estar todo bien. El papá dice que él opera (paga) a la Anaí si la Goci dice que hay que hacerlo y lo confirma con el Dr. Arancibia (el doctor profe partner de la Goci en la Univ, la Univ de Chile…. Mi hmna es tan chora y tan top que tiene el cel del decano de la fac en su cel, y éste la ubica y la conoce y la recomienda.).
Es primera vez desde que la Anaí vive aquí, que no duerme aquí. La Goci llama para decirnos gracias por todo, yo rezo para que la Anaí se mejore, las 48 hrs son críticas, dice el médico. Pero duermo bien, yo en verdad creo que se va a descontracturar.
Jueves 10 am. La Anaí sigue en la clínica, la Doctora (dueña) aún no llega ni la Goci. Yo bajo a la city con el papá a hacer cosas y a trabajar al café y la Conny, mi editora y colega de café, me ayuda con un libro para mis primeras clases de Estética en la Uniacc, el viernes. La Conny me dice que tenemos una invitación a un desfile de modas al Sheraton, le digo que vayamos, que sirve para hacer RRPP para la revista. Vamos.
Un poco antes de salir del café y en hotel suena mi cel, pero no alcanzo a contestar o no tengo antena y está malo (no se ve el número), así que espero que llamen de nuevo. Estamos ahí sentadas la Conny y yo con nuestros abrigos y gorros… Todo es entero fashion en ese place y mi cel suena, atiendo, ahora alcanzo. La Rocío.
Holi le digo… y entonces mi hermana me dice “Te llamo para decirte que decidí sacrificar a la Anaí”. Todo me duele, el pecho se me aprieta. Están empezando a caminar las modelos, la música, las luces… No entiendo nada, el médico dijo que con reposo en 48 hrs o una semana la Anaí podía recuperarse del todo, salgo al hall ¿Porqué Goci?. Mi hermana me dice: “La fui a buscar a la clínica, la tuve una hora conmigo y tuvo varios ataque de epilepsia y estaba sufriendo mucho, la doctora (no ya el médico de la U. Mayor) y el Dr. Arancibia me dijeron que el mejor favor que podía hacerle era sacrificarla, y lo hice”. “¿Estás muy triste, verdad?”, le digo. “Muy”, responde.
Holi le digo… y entonces mi hermana me dice “Te llamo para decirte que decidí sacrificar a la Anaí”. Todo me duele, el pecho se me aprieta. Están empezando a caminar las modelos, la música, las luces… No entiendo nada, el médico dijo que con reposo en 48 hrs o una semana la Anaí podía recuperarse del todo, salgo al hall ¿Porqué Goci?. Mi hermana me dice: “La fui a buscar a la clínica, la tuve una hora conmigo y tuvo varios ataque de epilepsia y estaba sufriendo mucho, la doctora (no ya el médico de la U. Mayor) y el Dr. Arancibia me dijeron que el mejor favor que podía hacerle era sacrificarla, y lo hice”. “¿Estás muy triste, verdad?”, le digo. “Muy”, responde.
Todo me duele, se me caen las lágrimas mientras entro al salón y aparece la Pilar Jarpa con un diseño de cazadora. Le cuento a mi amiga y me dice que no piense en lo malo, sino en que ahora no está sufriendo. Pineso en que tal vez las llamadas previas era para contarme lo que sucedía, yo hubiera partido para estar con mi hermana, pero no supe. Yo sigo con mucha pena. Al rato llamo a la Goci, decidimos que le haríamos un funeral el viernes.
Estoy sola en la cama y pienso en que mi perrita está en un refrigerador helado, que su cuerpo está ahí, mientras yo estoy cobijada por un plumón blanco. Tengo tanta pena. Siempre he sido partidaria de la Eutanasia, y nadie cuestiona su aplicabilidad a los perros, sólo a los humanos. ¿Por qué no se aplica el mismo razonamiento para los perros que para las personas? ¿Para las mascotas es misericordia y para la gente es asesinato?. Todo es extraño, hace 2 días mi perrita era una oveja saltarina, hoy yace por un ataque fortuito y un accidente macabro. ¿No les pasa lo mismo a mucha gente? ¿No le pasó lo mismo a Ramón San Pedro, el de "Mar Adentro"?.... y él escribió “ y siempre cuando despierto, siempre quiero estar muerto”.
Estoy sola en la cama y pienso en que mi perrita está en un refrigerador helado, que su cuerpo está ahí, mientras yo estoy cobijada por un plumón blanco. Tengo tanta pena. Siempre he sido partidaria de la Eutanasia, y nadie cuestiona su aplicabilidad a los perros, sólo a los humanos. ¿Por qué no se aplica el mismo razonamiento para los perros que para las personas? ¿Para las mascotas es misericordia y para la gente es asesinato?. Todo es extraño, hace 2 días mi perrita era una oveja saltarina, hoy yace por un ataque fortuito y un accidente macabro. ¿No les pasa lo mismo a mucha gente? ¿No le pasó lo mismo a Ramón San Pedro, el de "Mar Adentro"?.... y él escribió “ y siempre cuando despierto, siempre quiero estar muerto”.
Mi hermana doctora, que salva vidas, que amaba a la Anaí, tuvo Tal generosidad para con la Anaí, que la sacrificó. Y sí, no fue un asesinato, fue un sacrificio, el sacrificio fue para mi hermana, no para la Anaí. La Anaí sólo sufrió un día no poder mover sus patitas, el resto de su vida fue una perrita querida y cuidada, feliz seguramente. La Goci y nosotros sufrimos la ausencia de la Anaí.
Viernes. Son las 2 y algo y el papá me llama a la univ (estoy por entrar en mis clases de Estética de la tarde, alumnos de primer año… me aburro un poco). Me dice que va al Arrayán con el Lalo, el marido de mi nana, seguramente a hacer la tumba. Le cuento que saldré a las 4:30 no a las 4 pm, ergo llegaré como a las 6 (y no a las 5 como creía. Esto de no tener auto y estar lejos...). Salgo de clases, voy a tomar la micro, se tarda. Tomo la primera que pasa y me sirve, la única que se va por Vitacura. Olvido el taco de la Pérez Zujovic, y estoy 40 mn ahí. Llego a las 19 hrs, de noche. El funeral ya fue.
Mi papá le escribió algo a mi perrita, y envolvió a la Anaí en una manta (porque ella era friolenta) y en papeles de regalos con animalitos, porque ella fue un animalito que fue un regalo para nosotros. Le pusieron un arbolito, y una velita blanca.
Viernes. Son las 2 y algo y el papá me llama a la univ (estoy por entrar en mis clases de Estética de la tarde, alumnos de primer año… me aburro un poco). Me dice que va al Arrayán con el Lalo, el marido de mi nana, seguramente a hacer la tumba. Le cuento que saldré a las 4:30 no a las 4 pm, ergo llegaré como a las 6 (y no a las 5 como creía. Esto de no tener auto y estar lejos...). Salgo de clases, voy a tomar la micro, se tarda. Tomo la primera que pasa y me sirve, la única que se va por Vitacura. Olvido el taco de la Pérez Zujovic, y estoy 40 mn ahí. Llego a las 19 hrs, de noche. El funeral ya fue.
Mi papá le escribió algo a mi perrita, y envolvió a la Anaí en una manta (porque ella era friolenta) y en papeles de regalos con animalitos, porque ella fue un animalito que fue un regalo para nosotros. Le pusieron un arbolito, y una velita blanca.
Yo llegué y el papá me leyó lo que le escribió y fui a verla y le llevé una flor del jardín. Lloré en su tumba y por no haberme despedido de ella en la clínica. Le dije que yo no sabía que se iba a morir, y que ella era ídola, que era la única perra del mundo capaz de caerse de un segundo piso y seguir subiendo escaleras de un cerro (el Dr. De la U. Mayor explicó que eso era por estar en shock), pero para mí es porque ella es especial. Le dije que no iba a estar sola, que aquí en su casa estaba cerca del Tomy y la Novia y el Nino, y en el cielo ellos tb la iba a cuidar. Y lloré mucho.
Anoche dormí sin tener que dejarle comida, sin hacerle cariño en su lomo blanco, si pasarle el cepillo de debajo de la cama, la Anaí no está y la echo de menos.
Mi acuerdo de las palabras de la Goci, el amor de los animales es mágico… y sí.
No quiero comparar con los humanos, pero la verdad la muerte de mis perros ha sido muy dolorosa en general, y a veces más que de humanos más lejanos a mí. Cuando se han muerto mis perros, se ha muero parte de mi familia.
Todo mi homenaje y mi cariño a mis amores perros. QPD. Y que mi Antón se mejore ASAP de su enfermedad, que obviamente, trata la mejor veterinaria del mundo, mi hermana Rocío.
Anoche dormí sin tener que dejarle comida, sin hacerle cariño en su lomo blanco, si pasarle el cepillo de debajo de la cama, la Anaí no está y la echo de menos.
Mi acuerdo de las palabras de la Goci, el amor de los animales es mágico… y sí.
No quiero comparar con los humanos, pero la verdad la muerte de mis perros ha sido muy dolorosa en general, y a veces más que de humanos más lejanos a mí. Cuando se han muerto mis perros, se ha muero parte de mi familia.
Todo mi homenaje y mi cariño a mis amores perros. QPD. Y que mi Antón se mejore ASAP de su enfermedad, que obviamente, trata la mejor veterinaria del mundo, mi hermana Rocío.
5 commentaires:
uf....no tenía idea...lo siento mucho. Era una perrita muy especial. Era entera rica.
un beso amiga, fuerz.
marce
Katina:
También sé lo que es perder a un amigo que se quiere, como la Anaí. Realmente hay veces que se sufre más con la partida de ellos que con la de los humanos.
Te acompaño en tu dolor.
Pucha katinita,
que tristeza más grande,
yo casi lloré al leer tu relato,
me acordé de cuando envenenaron al perrito de mi hermana vivi,
(post denominado " todos los perritos se van al cielo ", del 27 de mayo, del 2005)
También pienso en mi catalinita,
me muero si le pasa algo,
es tan tierna e incondicional
Como estás?
Yo recién retornando a estos dominios
te felicito por tu blog
y espero correspondencia tuya
Un abrazo cariñoso y apretado
Sofía
Me hiciste llorar... ME enamora tu sensibilidad, amiga. No puedo decir nada más.
Thanks for sharing thiis
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