Hace un par de semanas recibí un mail al mail del blog, con “pregunta desde Chile, (porque estás en Australia)”, en el asunto. Lo abro y decía “¿Eres la misma persona que conocí hace más de 14 años?”, y firmaba con 4 iniciales. O sea, moya quién era. Andaba de buenas ese día por eso iba a responder , “¿Quién eres?” iba a poner, y entonces veo el remitente del correo, nombre y apellido de él... El tipo del bar.... Flash back inmediato a 1993. Sonreí. Y recordé...
El tipo del Bar
Julio de 1993. Tengo 20 años, estoy de vacaciones de invierno. Recientemente decidí que dejaría esa carrera al final del año (ing. Forestal en la UChile), para reingresar a Arquitectura. Es una decisión importante para mí entonces, y decido cortarme el pelo. Bien corto, onda corto corto. Primera vez que lo usaba así (después lo hice varias veces). Quiero celebrar.
Era sábado y había estado todo el día con pijama (usaba uno rosado con monitos en ese tiempo, ja, me acabo de acordar). Vivía con mi mamá en Vitacura. Llamé a mi amigui Pauli, que vivía muy cerca (caminando). Ella es mi amiga querida ultra querida (hoy espera su primer hijo para diciembre, con un su marido a quien conoció poco tiempo después de ese día). Y le tincó, armamos panorama, y salimos.
Fuimos en su auto, su primer auto. Temprano. Ella funciona temprano. (Ja Pauli, ¿hace cuántos años que no salimos a carretear de noche como entonces?). O sea, antes de las 10 pm. estábamos en el bar... Un bar de cervezas de moda entonces, en Bellavista. Manifesto se llamaba. Me lo había sugerido un compañero de Arquitectura de la UV, y la Pauli había ido, pero yo no. Esa fue mi primera vez.
Ese lugar era entrete desde la perspectiva espacial para mí. Se jugaba al mirarse, tú me miras- yo te miro. Choro eso. Estaba diseñado con una gran mesa-bar cuadrada al medio, en el cual una mesera sexi repartía los tragos a cada persona sentada ahí. Las personas, en pareja normalmente, se miraban entre sí, y al frente o en diagonal... La mesera servía de distractor visual. Había un dj y un barman, que servían también de distractores. La gente se miraba, se sonreía, de una esquina a otra, de un rincón a otro. Las miradas tejían redes infinitas al son del tecno y las cervezas de lata.
Pero había en cada una de las 4 esquinas, que estaban en un nivel superior, una mesa. Obviamente las mesas se llenaban al tiro, porque son más cómodas, sirven de grupos, y tienen “mejor vista” (uno podía ver TODO el lugar y desde un poco más alto). Como con la Pauli llegamos temprano, tuvimos suerte y encontramos la última de las 4 mesas desocupadas. Me saco el abrigo y me siento... a mirar... Y entonces lo veo.
Rubio, barba, sonrisa pep, facciones de italiano, algo me gustó de él al tiro. Le digo a la Pauli, “mira el tipo de la parca roja, igual me gusta un poco”. Ella lo mira y me dice “sonríele”. Lo hice.
El tipo del Bar
Julio de 1993. Tengo 20 años, estoy de vacaciones de invierno. Recientemente decidí que dejaría esa carrera al final del año (ing. Forestal en la UChile), para reingresar a Arquitectura. Es una decisión importante para mí entonces, y decido cortarme el pelo. Bien corto, onda corto corto. Primera vez que lo usaba así (después lo hice varias veces). Quiero celebrar.
Era sábado y había estado todo el día con pijama (usaba uno rosado con monitos en ese tiempo, ja, me acabo de acordar). Vivía con mi mamá en Vitacura. Llamé a mi amigui Pauli, que vivía muy cerca (caminando). Ella es mi amiga querida ultra querida (hoy espera su primer hijo para diciembre, con un su marido a quien conoció poco tiempo después de ese día). Y le tincó, armamos panorama, y salimos.
Fuimos en su auto, su primer auto. Temprano. Ella funciona temprano. (Ja Pauli, ¿hace cuántos años que no salimos a carretear de noche como entonces?). O sea, antes de las 10 pm. estábamos en el bar... Un bar de cervezas de moda entonces, en Bellavista. Manifesto se llamaba. Me lo había sugerido un compañero de Arquitectura de la UV, y la Pauli había ido, pero yo no. Esa fue mi primera vez.
Ese lugar era entrete desde la perspectiva espacial para mí. Se jugaba al mirarse, tú me miras- yo te miro. Choro eso. Estaba diseñado con una gran mesa-bar cuadrada al medio, en el cual una mesera sexi repartía los tragos a cada persona sentada ahí. Las personas, en pareja normalmente, se miraban entre sí, y al frente o en diagonal... La mesera servía de distractor visual. Había un dj y un barman, que servían también de distractores. La gente se miraba, se sonreía, de una esquina a otra, de un rincón a otro. Las miradas tejían redes infinitas al son del tecno y las cervezas de lata.
Pero había en cada una de las 4 esquinas, que estaban en un nivel superior, una mesa. Obviamente las mesas se llenaban al tiro, porque son más cómodas, sirven de grupos, y tienen “mejor vista” (uno podía ver TODO el lugar y desde un poco más alto). Como con la Pauli llegamos temprano, tuvimos suerte y encontramos la última de las 4 mesas desocupadas. Me saco el abrigo y me siento... a mirar... Y entonces lo veo.
Rubio, barba, sonrisa pep, facciones de italiano, algo me gustó de él al tiro. Le digo a la Pauli, “mira el tipo de la parca roja, igual me gusta un poco”. Ella lo mira y me dice “sonríele”. Lo hice.
No veo muy bien de lejos sin anteojos, y no supe si me vio o no. Iba a desistir cuando mi amigui del alma dice las palabras mágicas, “hay que puro atreverse”. Ja, me dije, claro. (Y pensé que me atreví a dejar una carrera, que me atreví a cortarme el pelo bien corto, ¿porqué no me iba a atrever a abordar a un hombre?). Ok. ¿Y cómo se hace?, me pregunté al segundo...
“¿Y si le escribo algo”? le pregunto a la Pauli... “MMM, mmm , como que no”... Entonces no recuerdo si fue su idea o la mía, pero la cosa es que decidí invitarle una cerveza (era un lugar de cervezas). No tenía idea de sus gustos... Lo miré... Y llamé al mozo (había uno para las mesas): “Mira, ves al tipo de allá, de barba, parca roja, porfa llévale una cerveza igual a la que está tomando, de parte mía”.
Ok, el tipo se la llevó. Encendí un cigarro (entonces fumaba yo). Wuaaaaaaaaaaaaaaaaa ¿qué hice?. Me bajó una plancha atroz. La Pauli, sentada de frente a ellos (yo estaba de lado, mi amiga y yo estábamos sentadas en L, a la francesa), me soplaba: “ya se la llevaron, está mirando para acá, sonríele”, Me volteo y me hace “salud” con la cerveza. Le hago un gesto de cabeza.
Ok, el tipo se la llevó. Encendí un cigarro (entonces fumaba yo). Wuaaaaaaaaaaaaaaaaa ¿qué hice?. Me bajó una plancha atroz. La Pauli, sentada de frente a ellos (yo estaba de lado, mi amiga y yo estábamos sentadas en L, a la francesa), me soplaba: “ya se la llevaron, está mirando para acá, sonríele”, Me volteo y me hace “salud” con la cerveza. Le hago un gesto de cabeza.
Todo es muy raro y muy divertido. Él está con un amigo, y toda mi audacia se fue a las pailas, estoy MUERTA de vergüenza, y en eso... él se para. “Viene para acá” dice la Pauli. En el intertanto, le digo a mi amiga “me lo como si es arquitecto”.
Llegan. Alto, MUY guapo para mi gusto, se sienta a mi lado. Agradece la cerveza y se presenta... y entonces viene la pregunta “¿y tú qué haces?”, y él responde “soy arquitecto”. Me da risa. Él no entiende. La Pauli me salva “es que ella dijo que le tincaba que eras arquitecto” (amé aún más a mi amiga). Y él ¿sí, porqué, tengo un aire?... Y así la conversa se enhebró mucho más allá de lo acordado con mi amiga previamente. No recuerdo como terminó ese día. Sé que él me encantaba no más.
Me acuerdo que ese lunes llegué a la universidad TAN feliz. Le conté a mi partner, la Flaca (con quien estuve en La Serena este verano), del tipo del bar. Ella también había “incursionado” con su amor platónico de ese tiempo. Estábamos “moradas” como decía ella. Y en la más ultra perna, arrendamos La Bella Durmiente para aprendernos “El Príncipe Azul”, jjajjajaja, y ¡Lo hicimos!!!.
Con el tipo del bar nos vimos un tiempo, salimos un par de veces, creo que eso fue todo. Pasaron algunas cosas (como que fuimos a ver un show bonito ¿Momix?, lo fui a ver a su casa de Viña, le presté mi auto un tiempo no recuerdo porqué, le mostré un cuento que escribí, y algunas otras que no recuerdo bien). Le escribí un poema top que bauticé “Manifesto”, (que en alguna de mis carpetas donde la Marce debe estar. Asumo que no se lo mostré, pero no recuerdo). No me pescó más muy a mi pesar. Nos dejamos de ver.
Lo vi al poco rato de nuevo por cosas fortuitas. Su hermana pololeaba con un buen amigo mío. Pero no duró mucho más rato eso. Y bueno, lo recordé siempre porque su hermano empezó a ser alguien muy conocido. Pero él y yo perdimos el contacto.
Como 3 años después me lo encontré en una heladería. Él me vio. Nos sentamos a tomar helado, estaba de novio con una niña que trabajaba en un canal de TV. Me acuerdo que seguía tan guapo. Escribí un cuento entonces que se llamaba “Se casa”.
Un tiempo después, supe por la Pauli que lo vio en la feria del libro, que andaba con una niña embrazada... Y esa fue la última vez que supe de él... Alguna vez lo Googlée supongo, pero la verdad no recuerdo. Y ni se me ocurrió buscarlo en Facebook.
Desde marzo vivía en Vitacura, y una amiga de la Pau (mi compañera de casa, no mi amigui Pauli), tiene una amiga bien amiga en las Torres de Tajamar. Fui a la casa de esa amiga, y cuando estaba ahí (cada vez que estoy ahí, pero hacía mucho tiempo que no iba), me acuerdo de él. La última vez que supe de él, o sea como el 94, él vivía ahí.
El finde semana antes de venir a Sydney fui al taller de la Marty Brito (bien recomendable), y en una parte del taller, nos hacen hacer una lista de nuestros logros. Logros que haya sido logros para uno. Y partir de chicos. Yo puse cuando aprendí a patinar, cuando llegué a ser súper buena para jugar al elástico, la primera vez que gané medalla de oro en atletismo, cuando logré bajar la cancha “las flores” en la parva sin caerme y así varias cosas... Cuando aprendí los ángulos alternos internos, y cuando iba anotando, puse “cuando me atreví con el tipo del bar”... y otras cosas más. Ese día, después de esa lista, el que quiere comparte la historia. Y yo conté esa. La he contado varias veces en la vida. Es como una cosa que me enorgullece (qué perna que soy). Pero del protagonista, me olvidé... Hasta ese mail.
Le contesté y nos maileamos un rato. Me mandó un par de fotos donde aparece en varias partes del mundo. Está canoso, pero se ve igual. Barba, sonrisa pep, onda. Me contó sobre 2 de sus hijos, no sé si tiene más, creo que sí.
Lo Googlé, y así supe que puso oficina de arquitectura propia y todo. Choro, guapo e inteligente... Debe ser feliz en su vida para seguir viéndose así de bien. Siempre tuve buen ojo yo, ja. (Qué lástima que yo no haya sido del gusto de mis “bien observados”).
Me contó que ordenando cosas viejas se encontró con una libreta con mis datos, le bajó la curiosidad y Google le dio mi blog y el blog el mail... También me contó que aún tiene una corbata de seda con unos diseños que le regalé (no me acordaba, lo hice para su cumple parece). Y que es la que más me le gusta (me encantó eso... tengo buen gusto yo, ja).
En los mails le conté porqué y cómo me vine a Aussie, contestando a su curiosidad escrita. Le pedí que fuéramos amigos en Facebook, le di mi msn, y le pregunté si tenía más fotos, en picasa, flickr. Y me dijo que no tenía mns, ni Facebook, ni picasa y que no sabía lo que era flickr. Que no le interesa mucho la cibercomunicación, que prefiere tomarse un ron... Jjajjaja, total. Me hizo como un shake.
De más. A mí la tecno me encanta (parece mentira porque casi no sé, y me cuesta, pero me encanta saber). Pero la dura me gusta mucho más la vida offline. No me gustan el ron (bueno, con harto jugo de naranja, sí), pero sí me gustan otras cosas. Igual fue choro cachar que yo sí sé un poco de algo que supuestamente no tenía idea que tenía ventajas comparativas. Como saber qué es flickr.
Es raro, porque en el mundo de los blogs, en el cual coqueteo hace 3 años, saber lo que es flickr es como obvio... Pero los blogs, como la web en general, son un espacio que MUCHAS personas que quiero y conozco, y con quienes comparto harto, ni miran... Volao todo... Como él no está ni ahí con la cibercomunicación, y no obstante por ella, pude saber de él, y escribir esto...
Y eso. Así con detalles hacía como 10 años o más que no contaba esta historia.
Llegan. Alto, MUY guapo para mi gusto, se sienta a mi lado. Agradece la cerveza y se presenta... y entonces viene la pregunta “¿y tú qué haces?”, y él responde “soy arquitecto”. Me da risa. Él no entiende. La Pauli me salva “es que ella dijo que le tincaba que eras arquitecto” (amé aún más a mi amiga). Y él ¿sí, porqué, tengo un aire?... Y así la conversa se enhebró mucho más allá de lo acordado con mi amiga previamente. No recuerdo como terminó ese día. Sé que él me encantaba no más.
Me acuerdo que ese lunes llegué a la universidad TAN feliz. Le conté a mi partner, la Flaca (con quien estuve en La Serena este verano), del tipo del bar. Ella también había “incursionado” con su amor platónico de ese tiempo. Estábamos “moradas” como decía ella. Y en la más ultra perna, arrendamos La Bella Durmiente para aprendernos “El Príncipe Azul”, jjajjajaja, y ¡Lo hicimos!!!.
Con el tipo del bar nos vimos un tiempo, salimos un par de veces, creo que eso fue todo. Pasaron algunas cosas (como que fuimos a ver un show bonito ¿Momix?, lo fui a ver a su casa de Viña, le presté mi auto un tiempo no recuerdo porqué, le mostré un cuento que escribí, y algunas otras que no recuerdo bien). Le escribí un poema top que bauticé “Manifesto”, (que en alguna de mis carpetas donde la Marce debe estar. Asumo que no se lo mostré, pero no recuerdo). No me pescó más muy a mi pesar. Nos dejamos de ver.
Lo vi al poco rato de nuevo por cosas fortuitas. Su hermana pololeaba con un buen amigo mío. Pero no duró mucho más rato eso. Y bueno, lo recordé siempre porque su hermano empezó a ser alguien muy conocido. Pero él y yo perdimos el contacto.
Como 3 años después me lo encontré en una heladería. Él me vio. Nos sentamos a tomar helado, estaba de novio con una niña que trabajaba en un canal de TV. Me acuerdo que seguía tan guapo. Escribí un cuento entonces que se llamaba “Se casa”.
Un tiempo después, supe por la Pauli que lo vio en la feria del libro, que andaba con una niña embrazada... Y esa fue la última vez que supe de él... Alguna vez lo Googlée supongo, pero la verdad no recuerdo. Y ni se me ocurrió buscarlo en Facebook.
Desde marzo vivía en Vitacura, y una amiga de la Pau (mi compañera de casa, no mi amigui Pauli), tiene una amiga bien amiga en las Torres de Tajamar. Fui a la casa de esa amiga, y cuando estaba ahí (cada vez que estoy ahí, pero hacía mucho tiempo que no iba), me acuerdo de él. La última vez que supe de él, o sea como el 94, él vivía ahí.
El finde semana antes de venir a Sydney fui al taller de la Marty Brito (bien recomendable), y en una parte del taller, nos hacen hacer una lista de nuestros logros. Logros que haya sido logros para uno. Y partir de chicos. Yo puse cuando aprendí a patinar, cuando llegué a ser súper buena para jugar al elástico, la primera vez que gané medalla de oro en atletismo, cuando logré bajar la cancha “las flores” en la parva sin caerme y así varias cosas... Cuando aprendí los ángulos alternos internos, y cuando iba anotando, puse “cuando me atreví con el tipo del bar”... y otras cosas más. Ese día, después de esa lista, el que quiere comparte la historia. Y yo conté esa. La he contado varias veces en la vida. Es como una cosa que me enorgullece (qué perna que soy). Pero del protagonista, me olvidé... Hasta ese mail.
Le contesté y nos maileamos un rato. Me mandó un par de fotos donde aparece en varias partes del mundo. Está canoso, pero se ve igual. Barba, sonrisa pep, onda. Me contó sobre 2 de sus hijos, no sé si tiene más, creo que sí.
Lo Googlé, y así supe que puso oficina de arquitectura propia y todo. Choro, guapo e inteligente... Debe ser feliz en su vida para seguir viéndose así de bien. Siempre tuve buen ojo yo, ja. (Qué lástima que yo no haya sido del gusto de mis “bien observados”).
Me contó que ordenando cosas viejas se encontró con una libreta con mis datos, le bajó la curiosidad y Google le dio mi blog y el blog el mail... También me contó que aún tiene una corbata de seda con unos diseños que le regalé (no me acordaba, lo hice para su cumple parece). Y que es la que más me le gusta (me encantó eso... tengo buen gusto yo, ja).
En los mails le conté porqué y cómo me vine a Aussie, contestando a su curiosidad escrita. Le pedí que fuéramos amigos en Facebook, le di mi msn, y le pregunté si tenía más fotos, en picasa, flickr. Y me dijo que no tenía mns, ni Facebook, ni picasa y que no sabía lo que era flickr. Que no le interesa mucho la cibercomunicación, que prefiere tomarse un ron... Jjajjaja, total. Me hizo como un shake.
De más. A mí la tecno me encanta (parece mentira porque casi no sé, y me cuesta, pero me encanta saber). Pero la dura me gusta mucho más la vida offline. No me gustan el ron (bueno, con harto jugo de naranja, sí), pero sí me gustan otras cosas. Igual fue choro cachar que yo sí sé un poco de algo que supuestamente no tenía idea que tenía ventajas comparativas. Como saber qué es flickr.
Es raro, porque en el mundo de los blogs, en el cual coqueteo hace 3 años, saber lo que es flickr es como obvio... Pero los blogs, como la web en general, son un espacio que MUCHAS personas que quiero y conozco, y con quienes comparto harto, ni miran... Volao todo... Como él no está ni ahí con la cibercomunicación, y no obstante por ella, pude saber de él, y escribir esto...
Y eso. Así con detalles hacía como 10 años o más que no contaba esta historia.
Imagen: De aquí.
3 commentaires:
K, me encanta leer tu blog, está "refrescado", es entretenido (eres) y lo mejor, estás así, bien, contenta y dejas una exquisita sensación de optimismo para los que te leemos.
Y te atreviste!!!
Me encanta AZUL!!!
La vida esta llena de que hubiera sido si!. Probaste y no quedo como una posibilidad. Si no resulto, que mala. Pero de que trataste, trataste.
Saludos! y que sigas asi de happy.
Notable esta historia, me enorgullece pensar que me la contaste LIVE, con todas estas señas y datos... es muy wena, sobre todo por el atreverse, el que salga algo, y que el TE RECUERDE después de tantos años. O sea, NOTABLEE!!
Sos grandeeee!!
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