En alguno de los millones de viajes a la playa que de chica hice en el auto, con mi papá, hablando de la vida, él me contó lo que era el Kairós. Me lo contaba así en colores, y era el instante justo entre los carros romanos en que se podía atacar para ganar la carrera.
El minuto óptimo, cuando todos los elementos convergían, y entonces aplicando una acción X, el resultado se veía muy potenciado, era más factible. Y el resultado podía ser la vida o la muerte, así de relevante era ese momento.
Hoy wikipedia en escencia lo define igual, con otra historia y otra ortografía. Yo, siempre lo voy a escribir como aprendí, kairós.
Me acordé de esto porque ayer se sucicidó un tipo de 32 años, amigo de pega de F. con quien vivo. Trabajaba en el ambiente agronómico, tenía un cargo importante ahí, varios proyectos, una esposa o ex-esposa, y un hijo de 9 años.
F. me contó que supo de la situación y que quedó impactado. Que este tipo tenía muchos proyectos, que era un hombre de grandes y potentes valores y principios, y que no sabía de él hacía un par de meses.
Y entonces me dijo: "Igual hace algunos meses supe de algunas decisiones que él había tomado que me sorprendieron. Sentí que había transgredido en parte sus principios al hacerlo".
-¿Le preguntaste porqué lo hizo? -le contesté-.
-No -respondió-.
Ese quizá era el Kairós. Su kairós. El kairós de vida o muerte.
¿Quizá si alguien se hubiera acercado y le hubiera preguntado porqué tomó esa decisión y hubiera tirado de la hebra hasta entender el porqué de la inconsistencia? ¿Cuántas "señales" como esa hubo?
¿Cuántas veces vemos "señales" en personas que apreciamos mucho o en parte, aunque no sean muy cercanas, y no decimos "Hey, vi esto, no entiendo, ¿qué pasó, cuentáme?" ? ¿Cuántas veces argumetamos falta de tiempo para llamar o mailear para hacer algo, pero sí nos hacemos el tiempo para ir al funeral cuando ya en verdad verdad es demasiado tarde?
El kairós a veces es de vida o muerte. Otras no es tan drámatico. Sacar esa foto, en vez de que te de lata una más, o sacar la cámara o el cleular de la cartera o el bolsillo. Quedarse hasta el fin de la charla para conversar con esa persona que no ves hace tiempo. Etc.
Con eso que acabo de decir me acordé de algo. El año 88 o por ahí, mi mamá hizo una comida en mi casa. Una comida producida. Era porque hacía tiempo que no veía a su amigo, al tío Pepe, un hombre espectacular. Sólo por eso, porque hacía N tiempo que no lo veía, y lo quería mucho.
El tío Pepe era ultra yunta de mi papá, y a quien, después de la separación con mi padre, mi mamá veía tarde mal y nunca. Entonces ella lo invitó. Así formalmente, y a otras personas de ese grupo. Sin mi papá por primera vez. Me acuerdo que todo estaba lindo lindo. Las risas fueron hasta las tantas, como siempre con el tío Pepe.
El tío Pepe al mes o algo así emprendió un viaje a Europa, a Francia en particular, al matrimonio de su hijo mayor. Era delicado del corazón el tío Pepe, pero fuerte, a la vez, había soportado ya 3 operaciones (yo me acordaba de haberle visto la guata llena de hoyos).
En París le dio un ataque cardíaco, volvió en un cajón. Mi mamá cuando supo, además de una pena inmensa dijo "qué bueno que le hice la comida". Y sí, qué bueno. Esa también fue la última ocasión en que yo lo vi.
He estado reflexionando mucho en todo esto. ¿Cuánto tiempo en verdad damos a los que queremos? ¿De cuánta entrega?
Creo que es importante cultivar el bien siempre que se pueda, y procurarlo. No hay momentos inoportunos para ello. Una manera, es anotarse puntos, como mi mamá. Por ejemplo, sólo porque sí, preparar una comida para un amigo al que se quiere mucho. O cosas similares, que no parecen a real big deal y que, al final, pueden serlo.
El kairós a veces se viste de señales, como en el caso del amigo de F. Y en otras, sólo te das cuenta que ya pasó, cuando ya no hay remedio (como hacer una comida para el tío Pepe). Aprovechar el tiempo y no dejar pasar las oportunidades, parece ser la consigna. Yo creo que si estamos alineados con el universo, resulta. Veremos.
Imagen: No sé el autor, la obtuve de este post.
F. me contó que supo de la situación y que quedó impactado. Que este tipo tenía muchos proyectos, que era un hombre de grandes y potentes valores y principios, y que no sabía de él hacía un par de meses.
Y entonces me dijo: "Igual hace algunos meses supe de algunas decisiones que él había tomado que me sorprendieron. Sentí que había transgredido en parte sus principios al hacerlo".
-¿Le preguntaste porqué lo hizo? -le contesté-.
-No -respondió-.
Ese quizá era el Kairós. Su kairós. El kairós de vida o muerte.
¿Quizá si alguien se hubiera acercado y le hubiera preguntado porqué tomó esa decisión y hubiera tirado de la hebra hasta entender el porqué de la inconsistencia? ¿Cuántas "señales" como esa hubo?
¿Cuántas veces vemos "señales" en personas que apreciamos mucho o en parte, aunque no sean muy cercanas, y no decimos "Hey, vi esto, no entiendo, ¿qué pasó, cuentáme?" ? ¿Cuántas veces argumetamos falta de tiempo para llamar o mailear para hacer algo, pero sí nos hacemos el tiempo para ir al funeral cuando ya en verdad verdad es demasiado tarde?
El kairós a veces es de vida o muerte. Otras no es tan drámatico. Sacar esa foto, en vez de que te de lata una más, o sacar la cámara o el cleular de la cartera o el bolsillo. Quedarse hasta el fin de la charla para conversar con esa persona que no ves hace tiempo. Etc.
Con eso que acabo de decir me acordé de algo. El año 88 o por ahí, mi mamá hizo una comida en mi casa. Una comida producida. Era porque hacía tiempo que no veía a su amigo, al tío Pepe, un hombre espectacular. Sólo por eso, porque hacía N tiempo que no lo veía, y lo quería mucho.
El tío Pepe era ultra yunta de mi papá, y a quien, después de la separación con mi padre, mi mamá veía tarde mal y nunca. Entonces ella lo invitó. Así formalmente, y a otras personas de ese grupo. Sin mi papá por primera vez. Me acuerdo que todo estaba lindo lindo. Las risas fueron hasta las tantas, como siempre con el tío Pepe.
El tío Pepe al mes o algo así emprendió un viaje a Europa, a Francia en particular, al matrimonio de su hijo mayor. Era delicado del corazón el tío Pepe, pero fuerte, a la vez, había soportado ya 3 operaciones (yo me acordaba de haberle visto la guata llena de hoyos).
En París le dio un ataque cardíaco, volvió en un cajón. Mi mamá cuando supo, además de una pena inmensa dijo "qué bueno que le hice la comida". Y sí, qué bueno. Esa también fue la última ocasión en que yo lo vi.
He estado reflexionando mucho en todo esto. ¿Cuánto tiempo en verdad damos a los que queremos? ¿De cuánta entrega?
Creo que es importante cultivar el bien siempre que se pueda, y procurarlo. No hay momentos inoportunos para ello. Una manera, es anotarse puntos, como mi mamá. Por ejemplo, sólo porque sí, preparar una comida para un amigo al que se quiere mucho. O cosas similares, que no parecen a real big deal y que, al final, pueden serlo.
El kairós a veces se viste de señales, como en el caso del amigo de F. Y en otras, sólo te das cuenta que ya pasó, cuando ya no hay remedio (como hacer una comida para el tío Pepe). Aprovechar el tiempo y no dejar pasar las oportunidades, parece ser la consigna. Yo creo que si estamos alineados con el universo, resulta. Veremos.
Imagen: No sé el autor, la obtuve de este post.
1 commentaire:
interesante desafío capturar esos momentos precisos, me recordaste a una canción de Arcade Fire
No Cars Go hay una parte que dice "Between the click of the light and the start of the dream"
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